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LA REGIÓN

Una plaza con dos actos, una propuesta sin quorum y una movilización que sobrepasa a otra

Un insólito momento se vivió cerca del mediodía en la Plaza Rivadavia donde unas 1500 personas se organizaron en dos actos distintos que concluyó con un trago amargo.

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Un insólito momento se vivió cerca del mediodía en la Plaza Rivadavia donde unas 1500 personas se organizaron en dos actos distintos que concluyó con un trago amargo.

Quizás los mayores aplausos se oyeron cuando un dirigente de la agrupación de jubilados «La Norma Plá» se expresó respecto a la incongruencia de llamar a la unidad del movimiento obrero pero cuando existe una ley tan lesiva para los trabajadores, las dirigencias actúan en contra de la prédica que se narra ante micrófonos.

A la misma hora, 10:00 hs, se organizó en un mismo punto, Plaza Rivadavia, dos actos con un mismo fin, mostrar el rechazo a la Ley Bases.  Todos coincidían en la mala señal  que se daba de antemano al gobierno hasta que lo inesperado ocurrió en el momento cúlmine de la protesta pero (cosas bahienses).

Frente a las escalinatas del Palacio Municipal, Alsina 65, se concentraron los gremios docentes de ADUNS, SUTEBA, acompañados de movimientos sociales, partidos de izquierda y movimientos de jubilados (Las Canas no se Manchan).

En tanto que en la esquina de Estomba y Sarmiento, ingresos al Concejo Deliberante, concentraron los trabajadores de ATE, sindicatos como Bancaria, movimientos sociales como CCC, Libres del Sur y agrupaciones de jubilados como Norma Plá, MIJP.

En el primer acto mencionado el acto tuvo varios oradores, la sorpresa ocurrió en el momento en que en el marco de una charla abierta respecto a los puntos perjudiciales de la Ley de Bases una manifestante criticó a viva voz, utilizando la palabra tan empleada y mal usada «adoctrinar» cuando se conectaba las intenciones políticas de la ley con crisis económica que vive el país producto al modelo productivo implementado por Javier Milei.

Pocos minutos después referentes gremiales de la docencia se acercaron al acto que ocurría a 100 mts de distancia, se contactaron con los dirigentes que organizaron al acto frente al HCD donde se creía que lo lógico se haría realidad, finalizar en un mismo tiempo y espacio ambas movilizaciones.

El cónclave no tuvo fumata blanca y lo inexplicable ocurrió en las calles, los manifestantes «de Alsina» marcharon por las calles céntricas, pasando por la esquina exacta donde se llevaba adelante la actividad de «los de Estomba».

Las caras de todos los protagonistas se transformaron en enojo, desilusión se sumaron a la bronca de las imágenes violentas que llegaban desde Buenos Aires. Mientras algunos ensayaban una autocrítica del momento experimentado, otros (muy pocos) pasaron portando sus banderas partidarias con un tímido canto «¿A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT?».

La originalidad necesita de sentidos del oportunismo para que se convierta en sentido común, el menos común de los sentidos. Los dirigentes protagonistas mantuvieron códigos y no revelaron detalles de ese breve encuentro y evitaron difundir detalles del motivo por el cuál el diálogo no llego a buen puerto.